Ayer a eso de las 18.00 de la tarde estábamos en el veterinario de la paz con mi perro al que íbamos a eutanasiar.
No me gustó.
Es decir, de todos los escenarios posibles dentro del abanico de posibilidades no es que fuera el más malo. Pero a mi no me gustó...
Me pareció falto de tacto, falto de estilo. Algo apresurado, poco organizado y que no estuvo a la altura.
Honestamente... mi perro iba antes.
Mi perro iba antes en ese momento que cualquier otra cosa.
Cierto es que era legalmente quizás el perro de mis padres. Pero fue mi confidente... yo lo conocía y él me conocía a mi. Yo de alguna manera sabía que quizás algo no iba bien. Y desde hace quizás bastante tiempo, soy consciente de que no me encuentro en mi régimen óptimo de funcionamiento.
Un cirujano para operar tiene que haber tenido una dieta específica que no aumente sus pulsaciones en quirófano. Ha de encontrarse en un estado específico de descanso, de sueño. Seguir un entrenamiento muy específico a nivel físico y mental. Un astronauta lo mismo, ciertos ingenieros, ciertos abogados, ciertos deportistas...
¿Porqué había crios de 20 años que eran capaces de subirse a un bombardero B 17 en la Sperry Turret sabiendo que su ratio de supervivencia era de un 60% (y que dentro de ese 60%, la mitad resultaría herido)? Y sin embargo yo y otras personas estamos aquí, camino de los 40 años en casa de nuestros padres dirimiendo si vamos a ser capaces de incorporarnos a nuestro puesto de trabajo encontrándonos en una situación 'curiosa' cuanto menos.
Pareciera como si una vez que se pierde la inercia del régimen óptimo de funcionamiento de cada uno, todo son problemas. Pareciera también como si esa idea de que lo mejor es que todo el mundo sea libre de opinar y decir lo que quiera fuera la más proclive para el funcionamiento social...
Y resulta por contra que si eres cirujano y tienes un empleo prestigioso, o si eres funcionario con plaza y estás trabajando, o si tienes un trabajo exigente como camionero; pareciera como si estuvieras habilitado como poseedor de una cualidad superior para encumbrarte sobre el resto de personas. La sociedad así parece entenderlo.
Por otro lado... parece ser que el primero que habla y el que habla más fuerte es aquel cuya voz parece respetarse... no porque sea mas acertada sino porque ahora cualquier pacato capaz de balbucear cuatro expresiones debilmente conectadas parece tener algún tipo de validez fuera del reino del silencio.
Llevaba tiempo pinchándole tramadol a mi perro porque mi padre no quería intervención alguna debido a sus estrafalarias ideas... (a pesar de que dice que quiere a los animales, es librepensador progresista, ecologista etc... y en parte así parece ser...)
Llevaba yo... tiempo hablando con varios veterinarios.
Desde el momento en que al perro le apareció en la ecografía una imagen heterogénea y muy fea en el parénquima hepático estuve llamando a varios veterinarios como si con ello pudiera expiar la culpa que sentía y que en cierta manera siento (aunque aborrecido incluso de mi, no me permito sentir...) de haber obviado múltiples síntomas que mi perro, inteligentemente y confiado de mi me estaba transmitiendo desde hacía mucho tiempo.
Hacía muchos meses que se arrimaba y te interpelaba con la pata, como si quisiera que lo acariciaras (que quería también...) pero al acostarse en el suelo emitía un puede que actuado sollozo quejumbroso... como de los perros que 'se hacen viejos' solo que mi perro no era viejo para hacer eso...
También obvié que había tenido algunos episodios de priapismo no se si había tenido episodios de vómitos.
Los episodios de eyaculación y de erección exacerbada posiblemente estaban poniendo de manifiesto un proceso prostático inflamatorio.
Como desoí hace ya tiempo... los perros no castrados tienen más posibilidades de desarrollar por el estímulo hormonal carcinomas prostáticos.
En la eco abdominal al examinar la próstata aparecía esta llena de 'quistes' y puede que otras lesiones. Así que lo que cabría esperar es que por no haberlo castrado hubiera desarrollado un carcinoma prostático que hiciera metástasis a nivel hepático y posteriormente óseo.
Elegí dedicarme a otras imbecilidades y mi perro me dio igual...
No es que me diera completamente igual... pero llevo algunos años en los que he dejado de esforzarme y me dedico a estar en casa de mis padres... no se muy bien porqué... o no quiero saberlo.
Cuando tuvimos la sospecha diagnóstica del carcinoma hepático no quisimos (no quisieron mis padres) completar el diagnóstico con la consecuencia lógica de una biopsia hepática y un TAC de cuerpo entero que hubiéramos podido costear perfectamente.
Somos una familia que se quiere seguramente, pero somos unos hipócritas...
Creo que la muerte de mi perro ha puesto o está poniendo de manifiesto bastantes aspectos que tengo que tratar.
Como empecé diciendo en esta entrada... no había prioridad que excusara darle a mi perro una muerte como se merecía...
Si de mi hubiera dependido habría llamado a Esmeralda... la intensivista de tacto dulce que llevaba este asunto y le hubiera ofrecido o hubiera costeado el desplazamiento para que viniera un día a valorar a mi perro, aunque ya lo conocía del hospital. Y le hubiera pedido que otro día hubiera venido, sin prisas, a que mi perro se durmiera en un sueño muy largo, bañándolo el sol, oliendo a hierba, en la casa en la que ha pasado 13 años.
Y no cagándose encima en un cuartucho caluroso con luz cutre y con veterinarios que lejos de ser capaces de sedarlo lo ponían cada vez más nervioso.
Le hubiera preguntado que iba a pasar, y hubiera intentado quedarme hasta el final.
Mis padres no quisieron que me quedara hasta el final.
He estado cuidando al perro creo que siempre que lo ha necesitado aunque no lo ha necesitado mucho. Y en el instante final me han invitado a irme porque había que hacer cualesquiera otro tipo de imbecilidades antes...
Me cago en dios y en la puta hostia...
Hecho algo de menos a esos abuelos de pueblo... con un garrote, vara de avellano o escopeta al lado que no armaban ningún escándalo... pero que se percataban con su sabiduría de todos los detalles y obraban cuando tenían que obrar, en consecuencia.
Esos abuelos con serenidad con saber estar, pero sin cargos de conciencia y sin miedo a ningún tipo de juicio porque ellos eran la representación del criterio. Y este criterio se imponía cuando debía imponerse, sin tribulaciones ni supercherías.
No obligaba a nadie a quedarse al lado suyo. Quienes se quedaban era porque se sentían en la tribu.
Había tomado con justicia una simple y llana libertad, sin condicionar a nadie pero defendiendo que nadie lo condicionara en aspectos básicos. Sus necesidades fisiológicas y las normas de su casa; y encima su aporte a la sociedad.
Y no se andaba con oratorias que disfrazaban en el fondo un chantaje emocional como hoy en día ocurre.
Yo si quiero algo que me pertenezca... y quiero sentir que pertenezco a algo. Me alivia y me relaja saber que soy y que tengo un lugar para alguien, aunque ese o esos alguienes no me conozcan.
Llevo como digo desde hace tiempo... sin ser fiel a lo que soy. No quiero más maestros que los que yo me busque. Es cierto... que lo echo de menos, tener un maestro justo que me ayude a sacarme partido... hace tiempo que no lo tengo...
Quizás eso es a lo que Freud llamaba 'matar al padre'
algo así como a dejarlo con el padre y empezar con otro padre como quien lo deja con su pareja cuando ya no le conviene o no le apetece.
No se si las cosas se podrían haber hecho de otra manera.
Yo creo que si... estoy casi convencido...
No es que mi perro haya terminado mal... uno se consuela con lo que puede... pero croe que no me equivoco cuando pienso que podría haberse hecho todo mucho mejor si yo fuera capaz de reaccionar desde hace tiempo... es una realidad que no tiene sentido ocultar.
No le pido perdón a mi perro porque no me considero en el derecho de hacerlo.
Creo que llevo tiempo teniendo una actitud que tiene ciertas consecuencias... y una de ellas es esta.
Hace tiempo que echo de menos un reconocimiento y un lugar que no tengo.
No es que no me hagan falta los consejos amigos que me dicen lo que quiero oír. Me reconfortan momentáneamente...
Creo que tengo que empezar a poner las cosas en orden. Es una necesidad cada vez más imperativa.
Mi perro no se ha ido como debería porque yo deliberadamente (aunque camuflándolo con cualquier excusa) he prescindido de ser lo suficientemente audaz.
Así que me jodo... que me den por culo...
Ya se me pasará.
Lo siento Canino, te he fallado. Lo siento de corazón. No he sido el tipo que creo que debería haber sido. Quizás si lo hubiera sido seguirías aquí y podrías haberme visto terminar la carrera de medicina y yo podría haber terminado medicina contigo a mi lado.
martes, 11 de noviembre de 2025
Can y los abuelos de pueblo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario