Antecedentes: hoy me he enterado de que he suspendido (cuando creía que tenía aprobada) biología celular; me he enterado por la tarde. Esta mañana he pinchado con la bici por segundo día consecutivo. Y busco curro de fin de semana. No, las cosas no van todo lo fluidas que debería. He salido media hora a pensar; un modo peripatético automotríz. Elena, mi estrecha confidente y casi mi compañera anímica en estos dos años de camión se marcha a Canarias. A ella parece que las cosas de momento no le van mal. Después de dejarlo con Diego ha tenido suerte. No se si me apetecía quedar; había pensado escribirle una carta. Me gustaría eso si, sincerarme aunque; debería organizar algunas ideas. Costumbre que debería por cierto volver a retomar.
Dejo tres pequeños bosquejos de poema sin relación aparente.
Las mujeres no saben tanto de filosofía
a menudo es que lo han dejado con el novio
[Esto es un poco por joder, pero tiene una parte de verdad. No hay nada más salido y materialista que una mujer despechada]
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Cuando una mujer corta, a menudo extiende el corte
hasta su pelo.
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Yo encuentro en erotismo en lo revolucionario de ellas.
Y también sé que seguramente no va a funcionar; al modos de un modo sencillo.
En mi mochila cargo un psiquismo demasiado complicado
que en unas muy exquisitas condiciones resulta satisfactoriamente prolifico
en todos los sentidos; pero es también capaz
de estallar y sembrar la nada.
La gestión de residuos es también una ardua tarea. Me declaro honestamente inconforme con
la falsa modestia de conceder la medalla de la feminidad a la mujer que transciende de la represión social
y se satisface sin ataduras morales. 'Bravo' es exclamado desde una nueva y selecta visión teoricamente progresista de la sociedad. Resulta sancionable a mi parecer que cuando el mismo papel resulta encarnado por un hombre, la sanción parece ser un algo casi simultáneo.
En mi caso la estabilidad mental relativa provista por mi pareja es un pilar importante. Tampoco puedo negar mi pasión irreverente y mi hambre de saber. Mis preceptos morales restringen la ecuación, convirtiéndose mi universo anímico en un 'problema matemático'.
No entienda el lector que pretendo ser reduccionista o mecanicista empleando esta terminología (interpretación a menudo realizada por lectores ajenos a un bachiller de ciencias). Es de hecho esta expresión de libertad matemática unida intimamente a libertad filosófica, la capacidad de poder divagar sin restricciones ante todo, pero con determinados axiomas capaces de organizar una vorágine lógica certera a acariciar lo que en un determinado instante podriamos describir como 'esencia'.