martes, 10 de enero de 2023

Destartaladas despedidas

 Quisiera elaborar más esta entrada pero tengo examen de cirugía en breve. Puede que más adelante la edite o haga otras.

El loco en el tejado y el duende de la guarda se despidieron hace tiempo sin que me diera cuenta.

Lo cierto es que tardé muchísimo tiempo en hacerlo; siempre pensé, que quedar para hacer música iba a ser un templo, una institución. Algo sagrado.

Y estoy convencido que desde 2009 y seguramente hasta 2013 mientras hacíamos la carrera lo era. Puede que en algunos momentos después también.

La verdad no creo (lo dudo profundamente) que haga ingeniería aeroespacial

No creo que vaya a ser un famoso piloto de carreras ni de aviones

Dudo bastante que vaya a patentar un prototipo de coche o de moto

Y cada vez tengo menos esperanzas de llevar a cabo algún aporte innovador en el ámbito de la neuropsicología.

Sin embargo pensaba (y no quiero pensarlo demasiado) que si que sería capaz de hacer música, o poesía o ambas.

Pensaba que compondría un grupo y que sacaríamos adelante trabajos modestos pero prácticamente de culto. Que sería una costumbre y una institucionalización. Y por supuesto que lo haría con un loco en el tejado, no me cabía la menor duda.

Imagino que enterrar diplomáticamente todas estas aspiraciones es aquello a lo que se llama madurez.


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