Son las 12 30 y pretendo de cara a Neuro (que tengo el examen en unos días después justo del concierto de Springsteen en Barcelona) no explayarme en exceso con esta entrada.
He soñado con Debora. Hacía tiempo que no me pasaba. Estábamos en un aula de psicología y nos saludábamos. Me ponía primero cerca y después al lado. En el bloque de pupitres de la izquierda, ella en el segundo más cercano al pasillo y yo a su derecha, junto al pasillo.
Lo intrigante es que Rocío había asistido a la clase y observaba con nuestra (creo) amiga Marta, desde unos pupitres atrás.
Me gustó el sueño. Me gustó volver a visitar recuerdos que me resultaban agradables y que echaba de menos. Creo que hablábamos por encima de las típicas preguntas, que de donde iba, a dónde venía etc... y no se porqué de alguno de los coches que tenía.
Me he despertado en una mañana lluviosa con audios de un par de compañeras del hospital donde comencé a trabajar. Y de repente me ha invadido esa sensación de estrés que siempre he tenido al trabajar o al estudiar. Esa sensación con olor a septiembre o con aires de Lunes.
Compartí quizás demasiada información con un muy buen amigo relativo a mi vida personal. Y sin que mediara maldad (estoy convencido) sí que es cierto que ello tuvo consecuencias relativas a mi vida más personal. Recalco que no fue a malas y estoy convencido de ello. Si bien es cierto que apeló sin saberlo a las pocas cosas que de verdad son desestabilizadoras para mí.
Esta mañana como he dicho, con aires de Septiembre en ya bien entrado Junio. Ha hecho irrupción esa responsabilidad hacia lo laboral y lo académico. Pero ha entrado también aunque intuitivamente un sentimiento apaciguador. Los pensamientos hacia Débora de después del sueño (que bien es cierto albergaban cariño y añoranza) me generaban tras la partida de Morfeo y al sellar el pasaporte de las aduanas de lo onírico una sensación de disconfort. No por ningún tipo de amenaza sino por lo que siento por Rocío.
No ha sido una mala sensación en su conjunto. Me ha alegrado profundamente el sueño. Y me ha estabilizado la realidad. De alguna manera, a pesar de todo lo que tiene Badajoz... sigue siendo una especie de 'vacaciones perpetuas' por el trato que la gente me dispensa. Tienen como un aura especial y el no tener tanto la presión de 'cagarla' es de las cosas que más me gustan de allí. Aunque el resto tiene 'tela' pero... no me disgusta ese aspecto por lo menos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario