jueves, 4 de junio de 2015

Una cajita de musica sonaba sobre la mesa (parte 3)

Terminada ya la carrera el tiempo (quizas de hace un par de años a esta parte) tomo un cariz extraño.
Se desentendio de la cotidianeidad y para mi resulto ser un ente extraño, huraño caprichoso e incomprensible; que no atendia a razones, ¡y aun más!... me echaba a mi la culpa de no entenderlo !!
... como si ya no tuviera suficiente yo con mi ignorancia y mi frustración.

He echado un vistazo a un antiguo correo de Emil Cioran.
Hace no demasiados meses me sentia profundamente desdichado de las personas que habia dejado atrás. Personas que verdaderamente quería y que habían formado parte de mi vida; que me habian construido tal como soy. Entonces yo era una especie de explorador espacial perdido en el vacio cumpliendo una penitencia, pero esa actitud de rabia ciega y de no pensar solo pudo mantenerse hasta que conseguí mis propositos (en este caso, terminar la carrera).

Algunas de esas personas que conocí se acercaron a mi porque algo les gustó, lo mismo que a mi me encantó algo de ellas; algo que jamas he podido borrarme de la cabeza.

Me rasgaba el interior la idea de haber echado algo a perder o de haber sido necio, de haber hecho las cosas mal, y en cierta medida hay aun una cierta sensacion de culpa.
Me prometi a mi mismo enmendar mis errores tan pronto como fuera posible para volver a la carga y a buscar lo que consideraba que era mio y había perdido. Todo era parte de un plan contrarreloj cargado de rabia, frustración, negacion (ciertamente lo suficientemente descafeinado como para poder sostenerlo; lo cual no quiere decir que dejara de ser intenso). Yo mismo aceptaba ciertos reproches por mis errores (... aun zumban en mi cabeza).

Sin embargo, por decisión propia. Lamento decepcionarlos.
He decidido cultivar mi alma supongo. Estas palabras parecen muy necias y no encuentro un modo de expresarme mejor.
Creo en definitiva que a pesar de mis nostalgias; y diciendo la mentirijilla de que lo hago por ellas. Algo que creo que quiero hacer es serme fiel a mi mismo.
Es cierto que me equivoque pero tambien creo que solo se equivoca quien no paga el precio de sus errores.
Considero haberlo pagado de más y ese fue mi primer fallo.
El que cobra tiene una responsabilidad, pero quien paga también.

Os echo tanto de menos que a veces me permito el lujo de olvidaros (y de olvidarme de mi).
Ojala nos volvamos a ver algún día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario