domingo, 6 de septiembre de 2015

Una ausencia

Una perdida empapa el ambiente aunque todos en la casa mal que bien continuamos nuestra existencia (a veces horrorosamente monótona).
Desde hace poco más de un mes quizás, que la casa no es la misma. Y a mis sentimientos puntualmente apocalípticos se une una pregunta por la existencia que no sabría decir hasta que punto se acrecentó desde entonces o se planteó de un modo mas o menos novedoso.
El día gris tampoco me ayuda (no en esta ocasión).
Y podría decir palabras con que calzaría este escrito cojo pero serian las palabras de otra persona.

Septiembre fue llegando. No aborrecí el verano tanto como otros años y hasta lo disfruté en bastantes momentos pero no he alcanzado el nivel de satisfacción de los protagonistas de ese anuncio en que beben cervecitas en el mediterraneo con alguna mujer simpática que, con un amable descuido concede la ausencia de su sostén.

El olor a Septiembre me trajo muchos recuerdos de mi infancia y mi juventud en el instituto y me doy cuenta de que le he cogido cierto miedo al tiempo. A estar perdido. A estar solo. Creo que es un miedo que siempre he tenido.

He desechado la idea de que la felicidad sea continuamente distraerse pero a veces es interesante romper momentáneamente con ciertas cuestiones que no dejan de anidar.

[continuare esta entrada en otro momento]

Estar en casa de mis padres de algun modo me hace sentir tranquilo y balsámico. La habitación vacía no contiene la seriedad de la palabra vacía. Pero el vacío es un vacío muy presente.
Es un vacío tremendamente estridente, quizas para mi.

Parece que solo los momentos con carga emocional negativa son los que verdaderamente pudiera considerar como algo 'seguro'.
Quiero referirme (sin resultar melancolico o dramático) a que de alguna manera, estaba trabajando la siguiente idea.
Cuando en el cole mandaban deberes, digamos que a pesar de que no gustaran había que hacerlos.
Y ahora mismo el planteamiento es más o menos así.
Lo pase tremendamente mal en el cole y en el insti (algo más o menos común en todas las personas supongo, aunque considero que para mí más) Y no se si habría alguna manera de 'hacer los deberes' antes para poder salir a jugar después.

Tampoco se exactamente qué quiero hacer, y el tiempo, la sociedad, mis padres. Un 'todo' abstracto impele la idea en mí de que hay que hacer algo con la vida.

Me asusta mucho verme reflejado en personas que yo he considerado fracasados. Hijos vagos, vagabundos, yonkis. Es una idea que me molesta bastante, creo que es de las peores que tengo.
Es una especie de amenaza debajo de mis pies, en una especie de inframundo. ¿Porqué si o porqué no me diferencio yo de esas personas?.

Joder... es una cosa rara esta. Saber o no si habrá salidas, si habrá algún seguro. Resulta extraño.
Hacerle frente a algunas batallas, con esfuerzo y un alma dentro es sencillo. Pero otras veces son cumulos de desasosiego ¿porqué?.

Otro rato escribiré más.

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