sábado, 29 de septiembre de 2012

como unas gotas de madurez que se vierten en ese vaso que es nuestra cabeza


Empiezo a escribir pocas horas despues de llegar de madrid en lo que definiria como dos dias de odisea; o en palabras de mi compañero de viaje "como unas gotas de madurez que se vierten en ese vaso que es nuestra cabeza ".
Llegamos a las 3 del mediodia del viernes; Salva nos esperaba sentado sobre un muro con su figura estilizada y su pelo marcandose una suerte de epiteto con el viento, en una imagen que resultaba bastante epica.
Nos saludamos y vacilamos cordialmente y subimos a su piso. Desde el momento en el que entre, mi percepcion del mundo se vio envielta en una especie de tejido de asombro del que todavia no he salido.
He de decir, que nunca algo llega a ser tal como me lo imagino; pero sin duda, el piso de mi amigo salva me transmitio una sensacion infinitamente superior a la que cualquier fabulacion o especulacion mia acerca de su morada; me hubiera transmitido.
El suelo era de parquet y las paredes de madera de un tono tirando a oscuro; lo que acompañado por las estanterias llenas de libros y cuadros que lo decoraban; aportaban un toque harto dificil de describir. Pero que se podria comparar con el sabor de un plato en que todo esta sabroso y en su justa medida. Es como encontrar Bilbao dentro de un bosque. Es la materializacion del concepto acogedor; una familiaridad que desconcertaba en una ciudad "insufrible pero insustituible" segun las palabras del maestro Sabina.
Unas generosas ventanas de la pared opuesta a la entrada iluminaban todo el salon; muy amplio. Lleno de cartas de rol y de libros de fantasia, celosamente guardados por Leo y Sylvanas ; una pareja de felinos custodios. La cocina no quedaba atras; tenia dos entradas, una; nada mas entrar al piso a mano derecha (en forma de "L" girada 180º). El pasillo se abria en la pared derecha del salon hacia el fondo; y en el se encontraba al entrar a la derecha, la segunda puerta de la cocina; y a lo largo de este, cuatro habitaciones y un baño. La guinda del pastel era la cajita de musica de esas que van con un peine sonoro, con una manivela que hay que girar para que suene.
El tema que sonaba era "Brucia la Terra" de el padrino.
Salva me tendra que enviar por seur mi cartera, que me la deje. Le avisare de que me mande algo que muy adentro me falta, y que desde luego se quedo en el piso. Aunque quizas me termine arrepintiendo y le diga que se lo puede quedar como recuerdo en una de sus estanterias. Parecia increible que habiendo tantas cosas; ninguna estuviera de mas. Las veces que he pensado en como seria el piso que quisiera tener; he imaginado la decoracion que tendria y que enseres habria de albergar. Pues bien... en el piso de Salva descubri los que me faltaria que poner. Lo copiaria hasta en el polvo (sin ofender... estaba muy limpio).
Nunca seria capaz de describir a Salva; porque no se puede describir como es una llama de fuego. Puedes describir su quimica, el color que toma. Puedes retratarlo en un instante determinado; pero sabes que no hay nada igual, sabes que da calor y puede quemar, y sabes que solo necesita viento para salir de las cenizas.
Tiene una luz muy caracteristica; y acompañado de un poco de oscuridad, se ve mucho mejor (Ahi tienes mi critica de Battle Royale).
Ver a Salva es complicado, porque es el quien programa al tiempo y no al reves; pero VER a Salva es algo comparable a ver el centro de una estrella. Sabes que esta, pero no es cognoscible ni pensable.
No me imagino mi vida sin haber conocido a Salva; es por definicion fugaz; el cometa halley aguarda para verlo pasar. A veces, y solo a veces; me da la sensacion de que las palabras de andar por casa no me sirven para expresar lo que quiero, y que hay algunas situaciones y momentos que solo pueden describirse como "Tiene un poco de Salva...".
Termino de escribir, no porque no hayan sucedido cosas... vacio los bolsillos de mi pantalon, que no conciben la condensacion albergada en tantos tickets de metro, tren... pasaportes de conversaciones inolvidables; experiencias irrepetibles y billetes de viajes a ninguna parte.
Viajes de polizones; improvisadas bulerias flamencas en el centro de madrid; discusiones con autobuseros que tenian el cerebro al reves; manifestaciones multitudinarias... etc etc.
Mi cabeza aun no ha aterrizado y sigo repasando involuntariamente y dejando fluir pensamientos y rios navegables, de sensaciones.
Lo importante no es que hayamos ido a madrid, o a ver a Salva (que tambieeen), sino que de vez en cuando hay que hacer apologia de la libertad. Mas vale nunca que tarde (y sino... es porque ha sido en el momento preciso).
Solo puedo decirles a Salva, a Jaime a J y a toda esta gente... que vuelan de forma tan peculiar;
"Tierra llamando a miocardio; ...sigue esperando"


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